Euskalbaba

2007/05/09

Los Disturbios.

Malasaña -que tiene coña el nombrecito-, Alcorcón, París, Nantes, Santiago de Chile... En realidad, el fuego ya se ha extendido. Pequeñas hogueras que se desperdigan aquí y allá, en los límites de los acantilados. Como faros que advierten su lugar. El problema, obviamente, es de referencias. Nosotros, ¿somos los barcos o los bárbaros que llegan del interior? Y ellos, ¿nos avisan del peligro o nos atraen hacia él?

El fuego, en cualquier caso, es el común denominador, el lema de la revolución. Todo arde, si le prendes fuego. Eso lo aprendieron en la clase de ciencias. Es lo malo de la enseñanza: que puede aprenderse. Mientras tanto, los perros han empezado a ladrar, alertados por el fulgor de la luz que quema allá lejos, cada vez más cerca. Y nosotros, seguimos durmiendo.

Para cuando el sueño alcance los grados necesarios, la masa ya habrá cocido su pan.

Total, que hace calor.